Antes de convertirte en zampabollos profesional lee esto
El ser humano actúa antes para evitar el dolor que para conseguir el placer.
¿Eso lo sabías?
Bueno mira, un ejemplo:
Pasa cuando decides no ir al gimnasio.
Priorizas evitar el dolor que te causa y, a cambio, obtienes algo de placer.
Pero no lo haces por el placer, lo haces por evitar el dolor.
Debes saber algo: todo en esta vida tiene un precio. Y no hablo del económico.
Si hoy sufres por ir al gimnasio, mañana serás recompensado con buena salud física.
Sentirás el placer de tener salud.
Sin embargo, si hoy te das el gusto de comer un helado, mañana sufrirás las consecuencias del colesterol, diabetes, obesidad u otra enfermedad.
Parece que el yin y el yang no es una invención de los países asiáticos.
No tengo mucha relación con ello ni lo he investigado, pero parece que la vida es así.
Todo tiene su contrapartida.
El equilibrio siempre llega.
Solo debes elegir en qué orden prefieres el dolor y la recompensa.
Observa.
Yo no soy viejo ni joven.
Tengo la edad suficiente para seguir siendo gilipollas y, a la vez, darme cuenta de las gilipolleces que no quiero que me afecten a los 60 años.
Déjame reenfocar esto de otra forma, ponértelo sencillo.
Vas a estar muy mal en el futuro si tu prioridad es evitar el dolor y centrarte solo en el placer ahora.
O como muchos lo llaman, “hacer solo lo que quiero y lo que me gusta”.
Ahora, una pregunta para reflexionar.
Si el ser humano actúa antes para evitar el dolor que para conseguir una recompensa, ¿por qué crecemos más desde el reconocimiento que desde el castigo?
Léelo otra vez.
Y piensa. ¿Qué crees que vas a aprender cuando el médico te diga: señor, tiene usted diabetes? Seguramente seas tan cabrón que pienses “qué mala suerte, macho”.
Como si las toneladas de helado y los bollos no influyesen.
Aunque parezca una eternidad, el reconocimiento si vas al gimnasio (o tienes buenos hábitos), llega en unos meses.
A través del dolor, aprendemos lo que no debimos hacer. A través del reconocimiento, recibimos la recompensa por cada sacrificio que decidimos tomar.
Yo disfruto de algo que muchos odian: observar.
Me ha prevenido de muchos dolores y ayudado a construir hábitos que ya me han recompensado.
Observar requiere paciencia, constancia y tiempo de reflexión.
Como escribir mis observaciones.
Observaciones que pueden servirte a ti o a un amigo.
