Cuando estás cansado
Observa.
Cuando te falta energía para hacer lo que tenga que hacer.
Sea trabajo o cualquier otra responsabilidad.
Hazte estas preguntas.
¿Estás cansado o tienes miedo?
No uses el cansancio como excusa o te convertirás en un flojeras.
Identifica si estás acojonado por la situación o es que simplemente llevas durmiendo mal unos días.
Habla con sinceridad. Solo te estarás engañando a ti mismo.
Lo siguiente tiene que ver con productividad.
Cuando estás jodido, si realmente estás cansado y no es por miedo, debes hacer que todo sea lo más fácil posible.
¿Y cómo te comes la sopa cuando estás malo?
Excato, a pequeás cucharadas.
Primera pregunta.
¿Qué cargas estás llevando que realmente no son tuyas?¿Puedes delegar o evitar alguna?
Si tienes compañeros seguro que alguno está dispuesto a ayudarte.
Si no tienes compañeros seguro que hay cosas que no hace falta que hagas.
Segunda.
Una vez que sabes las tareas. ¿Cómo las puedes convertir en partes manejables?
Tu energía ya es lo suficientemente limitada como para tener que preocuparte de las dimensiones del problema.
Tercero.
¿Has priorizado?
Siempre. Me da igual lo que digas, no llevas razón.
Siempre hay cosas en tu agenda que puedes no hacer y no tendrán repercusión negativa si no las haces.
Dale carpetazo a ese cliente.
La reunión con el de marketing de hoy no te va a salvar la vida.
No coger el teléfono a ese pesado cliente tuyo va a darte salud mental hoy.
Y, por último.
Pregúntate qué oportunidades puedes sacar de esa situación de adversidad.
Recuerda que estar cansado no te exime de tener que ser mejor persona cada día.
Si no quieres ser mejor persona cada día entonces no se qué haces leyendo…
