Disfrutar del proceso
Disfrutar del proceso es complejo.
Pero es lo que echas en falta cuando tienes el resultado.
Es lo que echas de menos cuando el éxito ya ha llegado.
Te proyectas de nuevo queriendo volver a empezar.
Deseas volver a ser joven.
Deseas volver a empezar la carrera para hacer las cosas de otra forma.
Coño, si una cosa que hemos hecho todos en la vida es pensar “ojalá viviera aquel momento de nuevo con los conocimientos que tengo ahora”.
¿no?
¿No?
Esto no es porque te hayas equivocado.
Ni porque estés arrepentido de lo que has hecho.
O a lo mejor sí.
Pero en cualquier caso, siempre es porque piensas que podrías haber aprovechado la situación mejor.
¿Estás aprovechando lo que tienes?
Pregúntatelo.
Es un ejercicio sano que te recomiendo hacer.
Es incómodo, pero te ayuda a afrontar la realidad.
No solo tienes que aprovecharlo.
También hay que disfrutarlo.
Disfrutar del proceso es complejo.
Lo sé.
Porque cuando estás en plena faena sientes que estás jodido.
Que te toca piernas.
Te toca examen de selectividad (que por cierto, suerte a todos).
O tienes que dar la cara por cualquier otro problema.
Pero cuando todo termina…
Siempre vemos las cosas con perspectiva.
Todos nos reímos ahora de esa ex que nos dejó cuando lo pasamos fatal en su momento.
Todos nos lo gozamos recordando esa hostia con la que nos abrimos la cabeza en el parque.
O ese balonazo en la entrepierna que te dejó temblando en el momento.
No te digo que lo recuerdes con cariño.
Solo te digo que si lo piensas ahora lo ves desde una perspectiva en la que lo primero que se te viene a la mente es “cuánto he aprendido desde entonces...”
Como con nostalgia.
Y observa, porque al final la vida va de eso.
De crecer, de aprender y de disfrutar del proceso.
Y aunque ahora estés jodido, más adelante te reirás y solo si ahora disfrutas estando en la mierda más absoluta podrás vivir plenamente.
