El precio no paga el desprecio
Observa.
No llevo décadas en el mercado laboral, pero ya me he dado cuenta de una cosa.
Si ofreces tus servicios a cambio de unos euros, es fácil que la gente se te suba a la parra.
Cuando prestas tu tiempo la gente suele confundir la prestación de servicios con la esclavitud.
Me explico.
Cuando no detallas claramente los límites de tu servicio, la gente pide, y pide, y pide.
Porque no entienden.
No conocen el mercado.
No saben cómo funciona.
Es más.
Probablemente ni se hayan molestado en estudiarlo para saber si tu precio es competitivo o no.
Da igual cual sea.
Por eso es importante que tú tengas claras las cosas.
Es demasiado fácil, porque la gente no sabe nada, pero tampoco se quieren tomarse el tiempo para saberlo.
Así que tú puedes aprovecharte y saberlo todo (o puedes seguir sentado en tu sofá).
Incluso, aunque acepten tus condiciones hay altas probabilidades de que vuelvan exigiéndotelas por encima de lo que acordasteis.
Se van a creer con el derecho de exigirte lo que les parezca.
Así que, haz esto:
Cuando te exigen la primera vez les disculpas y les vuelves a explicar lo acordado.
Cuando insisten (la segunda) les dices “no”.
Para esta segunda situación ya deberías estar encontrando un cliente alternativo que lo sustituya, porque 95% seguro que surja una tercera situación. Y una cuarta. Y una quinta.
Esto lo tengo claro por la propia condición humana.
Si, tras el acuerdo, los términos no le han quedado claros tienes la primera vez para recordárselo.
Si vuelve a insistir (la segunda) es porque se lo ha pasado por el forro y, aunque le hayas dicho que “no” esa segunda vez, seguro caerá la tercera.
Y a la tercera, ya sabes lo que tienes que hacer.
Pero para eso necesitas proyectar confianza.
Que solo se consigue cuando realmente la tienes.
Y para tenerla necesitas estar seguro de lo que haces.
Necesitas tener experiencia.
La experiencia, como el propio nombre indica, solo viene tras haber enfrentado miles de situaciones que preferirías no afrontar.
Y yo no tengo experiencia en muchas cosas, pero en observar tengo suficiente.
Un día vi que la gente de mi alrededor no observaba.
Por eso un día se me ocurrió compartir mis observaciones.
Y desde entonces lo hago todos los días aquí.
