Enfrentarte a la verdad duele

Observa. 

Sea por cuenta propia o con la ayuda de los demás, duele.

Cuando llega sientes frustración, rabia, decepción, …

Si te lo dicen a la cara te frustra y te molesta por no haber sido el primero en ver la realidad.

Estabas tan ciego…

No eras lo suficientemente humilde como para verlo.

Te han tenido que abofetear con la realidad en toda la cara.

Eso es lo que jode.

Que te sientes imbécil.

Al menos si eres una persona que sabe encajar la realidad, porque si eres el tipo de persona que se pone a la defensiva a la mínima que le cantan una verdad a la cara, entonces no es que te sientas imbécil. Es que lo eres.

Porque no hay nada más imbécil que negar la realidad o intentar disimularla.

Observa.

No soy ningún erudito, pero tengo la suficiente experiencia como para haber aprendido que hay dos cosas en esta vida que te dan prosperidad:

Controlar tus emociones.

Y aceptar la realidad cada vez que la vida te da un palo para arrancarte a trabajar en ello cuanto antes.

Si eres lo suficiente avispao’ como para estar consciente de tu entorno te darás cuenta de la verdad antes que los demás.

Y eso te dará un poco de ventaja, anticipándote.

Sino no hay problema.

Aprende a encajar la realidad cuando te la dicen y no quedarás como un idiota.

Lo bueno de la verdad es que es innegable.

Puede doler y levantar sentimientos de lucha, y si no duele es que no es verdad.

Cuando duele.

Cuando pica.

Cuando molesta.

Ahí es donde debes observar.

Ahí es donde debes trabajar.

Cuando empecé con esto del mail diario me di cuenta de la verdad observando.

Me di cuenta de que la gente no observa y por eso no topa con la verdad.

No quieren verla.

Observé que la gente prefiere no observar para no ver la verdad.

Porque la verdad es incómoda y duele.

Porque ponerse a trabajar en algo que es verdad es como nadar a contracorriente.

Por eso empecé a observar y a contar alguna que otra verdad todos los días aquí.