Entre calles y reflexiones
Las cosas pasan fuera.
En la calle.
Ya se que en casa estás muy bien.
Y en tu oficina.
Que lo has puesto todo muy cómodo, que eres muy productivo y que sacas mucho trabajo adelante.
Que en casa estás muy tranquilo y relajado, sin la jarana de la calle.
Eso está bien.
Pero para vivir tienes que estar en la calle.
Tienes que salir ahí fuera y buscar vida.
Un poquito aunque sea.
Para aprender, para observar, para crecer.
Tienes que estar en la calle y vivir experiencias con la gente.
Las mejores experiencias pasan fuera.
Y ya se que el trabajo de oficina es necesario, no te creas que estoy escribiendo este mail desde la calle mientras doy un paseo.
Estoy sentado en mi escritorio, dándole a las teclas para que leas esto, pero no he parado hasta ahora. Todos estos días atrás en la calle.
Ahora es mi tiempo de reflexión.
Pero habiendo estado en la calle antes, sino ¿sobre qué voy a reflexionar?
Sal todos los días.
Aunque sea a comprar el pan, a dar un paseo o a buscar hormigas en el asfalto si eres un poco rarito.
Lo importante es que salgas.
Pero sal y observa.
No seas perogrullo.
Si sales haz que merezca la pena.
No salgas y te sientes en el banco de enfrente de tu portal para jugar al Candy Crush.
Eso lo puedes hacer cagando.
No hagas eso.
Sal y ve atento a la calle.
Quita la mirada de tu movil, atiende a tu entorno, identifica las calles, fíjate en los comercios, en la gente que hay dentro, en lo que venden, …
Hay tantas cosas que puedes observar…
Un día salí a la calle a por un helado y volví reflexionando en que hay gente que se ahoga en su propio sufrimiento.
Otro día observé en unos jardines el poder que tienen las palabras para sesgar.
Por eso yo no pierdo ni una oportunidad de salir.
La calle es una fuente de observaciones brutal.
Como decía Conan Doyle: “Mirar no es suficiente, tienes que observar”.
Salgo mucho a la calle y por eso puedo observar mucho y compartir lo que observo todos los días aquí.
