Lo que no entiendes no puedes perdonar
Esto es para ti y para que lo compartas con un ser querido.
Una reflexión que tuve ayer con una amiga a la que aprecio y que me contaba un problema personal.
Una disputa que tuvo a raíz de algo feo que le dijeron.
Me preguntaba que qué podía hacer.
Estaba frustrada porque quería arreglarlo, pero claro, era la otra parte quien lo había hecho mal.
Me preguntó qué hacer.
Lo primero -le dije.
Yo no puedo decidir por ti.
Porque tú no eres yo.
Nuestra forma de ver la vida es diferente.
Pero.
Una cosa sí le dije.
Que tratase de entender a la otra persona.
A la que tenía que perdonar.
Que sí, que ella era la víctima.
Y es raro, porque uno está dolido y lo único que le sale es lamerse las heridas.
Pero es una herida psicológica, no es una herida física.
La herida de haber dañado tu ego.
De haber alimentado tu miedo sobre si será verdad o no lo que te ha dicho.
Entonces. Observa.
Como todo lo psicológico, al estar en nuestra cabeza solo nosotros podemos arreglarlo.
Y si queremos perdonar, tenemos que entender.
Es fundamental.
Le puse el ejemplo de un niño pequeño.
¿Perdonarías a un niño de 3 años que te estalla el móvil contra el suelo?
¡Claro! - me dijo- pero porque es un niño y no sabe lo que hace.
No.
Porque es un niño y tú entiendes que no tiene capacidad de razonamiento, sabes que no lo ha hecho a mala idea.
Entonces, estás entendiendo sus actos. Sus comportamientos.
Y lo perdonas.
Entonces.
Intenta entender la situación.
El motivo de que esa persona lo haya pagado contigo.
Y luego serás capaz de perdonarla.
Recuerda que la alternativa fácil es plantarte en tu orgullo y esperar a que te pidan perdón.
Pero l alternativa para crecer como persona y perdonar con sinceridad, es entender por qué esa persona ha actuado como ha actuado.
Lo que no entiendes, no puedes perdonar.
