¿Madrid sin Barça?
Cualquiera que se preste a vivir una vida sana debe tener un contrario.
¿Cómo un contrario? Te estarás preguntando.
O igual no te lo preguntas y solo me lo cuestiono yo y por eso llego a estas reflexiones.
En cualquier caso.
Tener un contrario es lo más sano que hay.
Algo opuesto completamente a ti.
Que sea tu antítesis.
Técnicamente vives mejor con tu antítesis que sin ella.
Es un error común eso de desear que tu parte contraria desaparezca.
Desearle todo el mal.
No, no.
Olvídate de eso.
Deséale lo mejor.
Todo el bien que puedas, porque conforme a él le vaya mejor, a ti mejor te irá.
Y viceversa.
Observa.
Piensa en el Madrid.
¿Eres del Madrid, no?
¿Cómo sería un clásico sin el Barça?
Sí, aún quedaría el derby, con el Atlético.
Pero no tiene la misma chicha, ¿verdad?
No sería igual de interesante si el Madrid siempre ganase por goleada al Barça.
No sería la misma historia.
Sería monótono y aburrido.
Todo gris.
Por eso hay que agradecer tener grandes rivales.
Por eso debes buscar grandes rivales en la vida.
Porque es gracias a ellos que creces y que existes.
Además, desde que eres pequeño conoces el término del bien y el mal.
Del Yin y el Yan.
De lo blanco y lo negro.
Y constantemente estamos buscando opuestos en la vida.
¿Lo contrario de avión?
¿Barco?
No sé.
Incluso hemos jugado de pequeños a encontrar opuestos.
Nos enseñan que hay palabras contrarias a otras.
Y que no tendrían sentido si no existieran sus antónimos.
Vivimos rodeados d opuestos y tenemos que convivir con ellos.
Aprender a sacarles el mayor partido.
¿Para qué te levantas a trabajar si no es para cumplir tu propósito?
Da igual que tu propósito sea irte de vacaciones o montar un imperio para que tu familia no vuelva a trabajar.
Lo importante es que tiene su contrario.
Y de ahí te debes nutrir.
¿Para qué un momento de desconexión si no es para reconectar más fuerte?
Eso me pregunto yo.
