Michelangelo era un artista

A lo largo de nuestra vida nos proyectamos alcanzando grandes logros.

Y cuando los conseguimos…

Nos olvidamos.

Muchas veces el logro se alcanza y pierde la chicha.

¿Qué pasa?

Nos acostumbramos a ello.

Sobrepasamos esa emoción.

Lo convertimos en cotidiano.

El logro no pierde su valor.

Eres tú.

Tú has cambiado.

Tus expectativas han sido moldeadas por tu experiencia.

Procésalo y…

Te explico.

Observa.

Lo que ayer era un sueño, hoy puede ser parte de nuestra rutina.

Por eso cuando eres pequeño sueñas con ser adulto.

Con ser mayor de edad para hacer cosas de mayores.

Con tener el carnet de conducir para poder pilotar.

Que gran aventura la de pilotar.

Pero cuando llevas pilotando 1 año…

¿Qué ha pasado?

¿Cuándo se ha esfumado esa emoción?

Bueno, esto no hace falta que te explique a qué se debe.

Si no hay adaptación ni transformación no se mantiene viva la llama.

Esto pasa con todo.

¿A que no perderías la ilusión por conducir si cada 2 años tuvieses un Ferrari nuevo?

Pues eso.

Observa cuáles son tus intereses.

Observa cuáles son los logros que te pican por dentro.

Investiga.

Pregúntate ¿cómo puedo ir más allá?

¿Cómo puedo hacerlo diferente?¿Optimizarlo?¿Hacerlo divertido?¿Extrapolarlo a otro área de mi vida?

Parte de esto tiene que ver con acomodarse.

Cuando te haces mayor te acomodas.

Pierdes el interés por buscar ningún tipo de logro y aumenta tu aversión al riesgo.

Necesitas algo de seguridad.

Ya no tienes a tus papis ni pasan por tu mente ideas descabelladas.

Dejas de buscar aventuras.

Te acomodas.

Observa atentamente y piensa.

¿Desde cuando no te atreves a afrontar algo que, a día de hoy, te parece imposible?

Eso hacías de pequeño, ¿no?

Trepar ese árbol.

Intentar hacer el pino.

Colgarte boca abajo de esa barra.

Y te abrías la cabeza.

Te partías el labio.

Te luxabas el hombro.

Establece tus logros.

Pero los de verdad.

Los que te van a costar trabajo.

Y luego hablamos.

Decía Michelangelo que “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestro objetivo sea demasiado alto y no lo alcancemos, sino que sea demasiado bajo y lo logremos.”

Los logros se consiguen estableciendo objetivos.

Podríamos decir que el un logro es una consecuencia de unos objetivos bien conseguidos.

Podríamos decir que llegar a 10 mil suscriptores en esta humilde newsletter sería un logro gracias a las observaciones que comparto.

Todos los días aquí.