No pierdas nunca

Observa.

Puede parecerte un poco extremo pensar que esto es posible.

No me importa.

Tengo que decírtelo porque es una ventaja absolutamente brutal frente a la forma de pensar y ver las cosas que tienen los demás.

Y me gusta compartir las ventajas para que tú también te aproveches de ellas.

Mira.

Muchos se ríen y dicen que es idílico y muy optimista pensar en que, “hasta de una derrota puedes sacar algo positivo”.

Vale, piensa si quieres que es muy optimista.

La gente que dice esto puede que lo sea y no va a ningún lado, pero fíjate en la gente que “hace” que sea así.

O sea, no hablo de subir a Instagram un comentario inspirador.

Hablo de tomar provecho de la situación.

“¿Por qué ha pasado?? “¿Cómo ha pasado?”

Te sientas, lo analizas y buscas una solución.

VICTORIA.

Observa, aprende y mejora. Así harás las cosas bien. Así te alejarás de la derrota y no volverás a resbalar con la misma mierda.

“Pero… un momento Raúl, hay eventos que no dependen de mí, situaciones externas que no puedo controlar, golpes de mala suerte”

Hasta la mala suerte depende de ti. 

Depende de que has estado ahí en el momento menos oportuno, pero hasta de eso puedes aprender.

Observa, un ejemplo:

Tu jefe llega muy cabreado un día tras otro a la oficina. 

Intentas pedirle un favor, pero nunca consigues encontrar el momento en el que parece feliz para intentar que te diga que "sí”.

Si eres un completo perdedor dirás que es mala suerte que siempre venga enfadado y no le pedirás el favor nunca.

Pero si mantienes la actitud de “no perder nunca” has observado experiencias anteriores y observado, sabrás qué le gusta a tu jefe y lo podrás aprovechar para crear una situación en la que sea más propenso a decirte que sí a ese favor.

Quizá solo necesita que le preguntes cómo se encuentra, que le traigas un café sin habérselo pedido o que le digas lo mucho que te gusta su coche.

La buena y mala suerte son consecuencia de la influencia de las personas. 

Somos nosotros mismos los que creamos la "buena y mala suerte".

Pero para eso tienes que pararte, pensar, analizar y observar.

Si piensas que la mala suerte es algo que no depende de ti, es porque aún no has observado lo suficiente y tienes que observar todos los días aquí.