Observar y mejorar tus relaciones

Mira.

Una cosa que hago mucho es observar.

No sé si te lo vas a creer porque yo te lo diga o a lo mejor porque lo estés comprobando todos los días aquí.

En cualquier caso, observo.

Observo mucho.

Y tú deberías observar.

Observa.

Porque, mientras observas, puedes entender lo que pasa por la cabeza de la gente, puedes estar callado escuchando y observando no solo lo que hacen sino lo qué dicen y cómo lo dicen.

La gente demuestra más con el cómo dice las cosas que con los propios comentarios.

Es un vicio común del ser humano decir y hacer cuando nadie hace y dice nada.

Como para rellenar el espacio.

Para no sentirse incómodos.

Puede que hayas estado alguna vez en una conversación en la que una persona no callaba porque no quería que hubiera silencio.

Es habitual encontrarse con personas que se sienten incómodas con el silencio.

Hablar para cubrir esos huecos es un acto de huida para evitar esa incomodidad.

Y no te puedes ni imaginar el provecho que se puede sacar de este tipo de situaciones si observas un poco.

Intenta generar silencios para ver cómo reacciona la otra persona.

Déjale espacio para hablar y analiza con detalle si lo que te cuenta tiene sentido o lo está haciendo por rellenar.

Y observa cómo lo dice.

En esa observación podrás encontrar rasgos del comportamiento de esa persona que te van a dar muchas pistas sobre cómo interactuar con ella a futuro.

Un punto crítico para mejorar tus relaciones.

Y ahora observa cómo relleno ahora este silencio compartiendo contigo las observaciones que hago todos los días aquí.