Para organizarte mejor

¿Te has fijado en cómo siempre cuadras el tiempo en bloques redondos?

Observa.

Imagínate que tú y yo quedamos a las 7 de la tarde.

Tardas media hora en llegar.

¿A qué hora sales?

Bueno, matemáticamente saldrías a las 6 y media y te darías con un canto en los dientes si llegas a tiempo por pillar tráfico o no encontrar aparcamiento.

Da igual.

No pasa nada si llegas unos minutos tarde.

O, si quieres llegar a tiempo, ¿a qué hora sales?

A y cuarto, por si acaso.

O a y 20.

Pero no sales a y 23.

Ni a y 18.

Vaya lío, ¿no?

Es como feo, esos números ahí sin redondear.

Bueno, puede que eso sea parte de la costumbre, de lo que hemos vivido históricamente de nuestras familias.

Nunca hemos escuchado a nuestros padres ni amigos decir “salgo a y 18…”

Pfff, es que vaya lío.

Pero fíjate.

Curioso cómo redondeamos el tiempo aunque nos sobre por un lado o por otro.

Aunque lleguemos tarde o demasiado pronto.

Da igual, preferimos redondear el tiempo.

¿Para qué?

Para nuestra tranquilidad mental.

La gente tiende a organizar su tiempo en bloques redondeados porque son más fáciles de recordar.

Generan menos tensión y te dan una sensación de control y estructura.

Por bloques.

Tal y como estamos acostumbrados a pensar culturalmente.

Hablamos de horas y medias horas.

¿Por qué los eventos importantes se fijan a en punto?

Porque son más fáciles de recordar.

Porque van en bloque.

Es más sencillo ver los relojes en 2 segmentos de media hora que en 60 tramos de 1 minuto.

Nos organizamos mejor.

Simplificamos.

Así que, ¿moraleja?

Para organizarte mejor observa, simplifica, agrupa y ejecuta.

Todos los días aquí.