Si disfrutas chupándote 14 reuniones a la semana, este mail no es para ti

Ahhhgg, que gusto, levantarte todos los días todos los días para ir al curro, ¿no?

¿Qué tendrá de bueno el curro para que todos los días te levantes a hacer lo mismo?

Porque algo de bueno tiene, ¿no?

Es posible que, una de dos:

O se te estén inflando las pelotas ahora mismo.

O estés pensando en que eso ya quedó atrás hace tiempo.

En cualquiera de los dos casos vas a entender la observación de hoy.

Salvo que a tu padre le tocase la lotería, hubiese tenido un imperio o hayas tenido la suerte de que te hayan enchufado en algún sitio que te mola, seguramente hayas tenido que experimentar alguna vez eso de levantarte cada mañana para ir a un trabajo de mierda.

¿Y sabes por qué pasa eso?

Porque cobras a final de mes.

Observa.

Hay dos cosas que tienes que identificar aquí.

El proceso.

Y el resultado.

El proceso es ese tedioso ascenso hasta final de mes que te obliga a chuparte 14 reuniones absurdas a la semana, tomar café de máquina asqueroso y bailarle el agua a tu jefe.

El resultado es el cheque a final de mes. El día 30 cuando te llega la nómina.

Y ahí muchos piensan “buah, que puta mierda de mes, pero que ricos los dineros…”

Espero que no pienses eso ahora.

Yo no lo pienso, pero lo llegué a pensar en experiencias anteriores.

A ver, que cada uno se vende por lo que quiere. Y no hay nada de malo en estar conforme con tu salario y en la mierda con tu trabajo.

Lo que no puedes hacer es quejarte sin hacer nada. Cada uno debe ser consciente de lo que quiere o necesita en cada momento.

Igual estás pasando por una etapa en la que te la tienes que envainar y chuparte el proceso de mierda cada mes porque necesitas el resultado.

Ese resultado que te hace llegar a final de mes.

Pero a largo plazo…

A largo plazo debes saber que se te va a hacer tortuoso.

¿Que qué haces?

Mira, yo no tengo la respuesta y Dios me libre de dársela a cada uno que me pregunte.

Pero si quieres tener las dos solo te puedo decir que las alternativas son pocas.

O buscas la forma de que te guste lo que haces.

O buscas algo que te guste hacer.

Con lo primero, nada te asegura que encuentres la forma de disfrutar del proceso.

Y con lo segundo, nada te asegura el resultado.

Es simple decirlo y difícil hacerlo.

Pero sobresalir es difícil y conformarse lo fácil.

Nadie tiene recompensa sin sacrificio.

Cuando observo, encuentro algo especial en el proceso, en la reflexión sobre esa situación.

Cuando tengo la oportunidad de sentarme lo escribo.

Y sobre esa idea inicial surgen nuevas reflexiones y pensamientos más elaborados.

Disfruto del proceso y no sé cual será el resultado.

Pero el resultado me da igual, porque eso es extrínseco.

Y yo disfruto con el proceso de compartir mis observaciones todos los días aquí.