Simplifica tu trabajo

Caer en la trampa de la pomposidad cuando estás hablando de tu trabajo es muy sencillo.

Yo caí.

Era “executive headhunter”.

Básicamente hacía selección de personal directivo.

Es un comportamiento común intentando darte la importancia que no consigues con el trabajo que haces.

Es emplear un lenguaje que otros no entienden para decir “mira que importante soy que ni entiendes de lo que te estoy hablando”.

Pero observa.

Porque es un error habitual y una cagada catastrófica.

La importancia no te la tienes que dar tú.

Que seas importante depende de ti.

Eso está claro.

Pero no por lo que hables de ti mismo, ni por los pomposos títulos que te puedas poner sino por lo que otros cuentan de ti.

Y para que otros hablen de ti tienes que hacer cosas.

Hacer cosas por ti, pero también hacer cosas por los demás.

Pero atento.

Si no haces cosas por ti, jamás tendrás la capacidad de hacer cosas por los demás.

Asi que haz cosas por los demás.

Pero primero haz cosas por ti.

Y cuando hables de ti simplifica.

Si la otra persona te entiende y entiende la importancia de tu trabajo podrá transmitirla a los demás.

Pero para eso es necesario simplificar.

Y para demostrarlo te cuento:

Ahora mismo soy administrador de fincas.

¿Qué?

Gestiono al día a día las cuentas, operaciones y todo lo que sucede en varias comunidades de vecinos para que vayan lo mejor posible.

Económica y operativamente.

Y, por otro lado, te cuento por aquí lo que observo y mis reflexiones.

Para poder seguirlo tienes que darle aquí abajo.