Sin giros inesperados

A veces se gana y otras se pierde.

Eso dice el maldito refrán.

Si eres el tipo de persona que solo juega si puedes ganar, entonces probablemente no estés ganando suficiente.

Porque ganas más perdiendo que ganando.

Ganas más en el aprendizaje de la derrota que en la victoria.

Buff vaya tela de mensaje motivacional, no?

Que Pereza.

Pues escucha.

O mejor lee.

Hay veces en la vida que te toca decidir.

Y otras veces que te toca trabajar y no decidir.

Observa.

Hace no mucho estuve en una reunión.

Una reunión a la que había que llevar el trabajo de varios meses.

Bien mascadito.

Que la gente no se perdiera mucho.

Ya sabes, lo mínimo que se espera…

¿Tiempo aproximado dedicado?

Un porrón.

Y el problema es que Ahí no decidíamos nosotros.

Había que elegir un proveedor.

Nuestra conclusión era clara.

Después de todo el trabajo, más nos valía…

Pero no parecía que el resto de decisores de la sala lo tuvieran tan claro.

Por supuesto, ellos no habían pasado por el proceso y todo el análisis que se hizo por nuestra parte.

¿Y qué pasó?

Pues me encantaría decirte que hubo un giro inesperado de los acontecimientos y que todo nuestro trabajo dio su fruto.

Pero no.

Nos jodieron.

Y aprendimos.

Una buena lección.

Entender el contexto.

Saber si tienes poder o no de decidir como para involucrarte tanto.

¿Y si delegas esto?

Fíate de en quien delegas.

Porque sino igualmente has perdido el tiempo.

Y, de paso, esa persona en la que has delegado va a perder la confianza en ti y la próxima vez que le delegues algo va a hacer lo mínimo posible.

¿Y como puedes hacer esto más fácil?

Observando.

Todos los días aquí.