¿Sincero o esclavo?
Observa.
Cuando era niño, siempre me insistían en que era importante decir la verdad.
Siempre la verdad.
Por eso quizá haya construido un fuerte sentido de la justicia y, lo que no me parece justo, me causa mucha frustración.
Cuando era niño, mis padres vivieron una situación incómoda por mi sinceridad.
En conversaciones y charlas que seguramente tenían entre ellos mencionaron que unos amigos suyos eran un poco pesados.
Fue suficiente.
El día que se juntaron con esos amigos a mí no se me ocurre otra cosa que preguntarle a mis padres si “estos eran los amigos pesados”.
A mis padres, según me contaron a posteriori, les pilló completamente a traspiés. No supieron cómo reaccionar ante ese niño cabrón que les había vendido desde la inocencia.
Ahora lo pienso y ese niño cabrón, que había soltado una verdad como un templo, les liberó.
No lo dijeron ellos y les pudo ocasionar una situación incómoda en ese momento, pero ya no tenían que soportar cargar con el silencio ni la pesadez de esos amigos.
Este comportamiento brutalmente honesto que tenemos desde pequeño se ve moldeado con la educación y la sociedad en la que vivimos.
Nos acomoda a decir medias verdades que nos hacen esclavo de nuestras palabras.
Esto pasa constantemente en el trabajo.
La gente que trabaja por necesidad (una inmensa mayoría), eligen moderar sus palabras, no por cortesía, sino por necesidad.
Si moderamos nuestras palabras para asegurar un favor o mantener una posición, estamos vendiendo nuestra independencia por comodidad.
La necesidad surge cuando valoras más las opiniones de los demás sobre ti que tu propia autoestima.
Si modificas tus palabras o acciones para complacer a otros en vez de a ti mismo, es dependencia.
Si mientes sobre tus gustos, intereses o pasado, es necesidad.
Cuando buscas lograr metas para impresionar a otros en lugar de buscar tu propia satisfacción, demuestras ser una persona necesitada.
A menudo, la gente se enfoca en qué comportamientos son atractivos o no, pero lo realmente crucial es la motivación detrás de tus acciones. Incluso si dices algo impresionante o sigues la corriente, si tus razones no son auténticas, no son de verdad, esto alejará de las personas.
Y hablando de verdades.
Es verdad que resulta complejo compartir una observación todos los días aquí.
Pero me comprometí a ello y no pienso parar.
