Tu responsabilidad como amigo
Observa.
Ayer pasó algo.
Nada extraordinario para ti.
O a lo mejor sí a raíz de esto que te voy a contar.
Lo que sí tengo claro es que fue algo extraordinario para algunas personas.
Para mí concretamente.
Y es que llegué a una agradable observación.
Atento.
Mira.
Una amiga se casó ayer.
¿Vale?
Vale…
Pues resulta que de la boda yo no conocía ni a Cristo.
Bueno, a Cristo sí, ya sabes…
La misa fue genial y me emocionó.
Pero lo que más me emocionó vino después.
En la cena, en la fiesta.
No por el vino, la comida y la música.
Sino por la gente.
Como no conocía a nadie, no sabía con quien se juntaba mi amiga.
Y como amigo cuando no conoces a los otros amigos de tu amiga siempre te preocupa cómo serán y cómo te llevarás con ellos.
Que haya momentos incómodos, o que no encajen con tu forma de ser.
Pero todo lo contrario.
Me encontré con gente buena y sincera.
Gente transparente.
Gente sana.
Y ahí fue cuando me hizo click la mente.
Cuando me di cuenta de que, como amigo, te sientes responsable de que tus amigos tengan esas relaciones sanas.
Pero no podrán tenerlas si no la tienes primero tú con ese amigo.
“Dios los cria y ellos se juntan” es un clásico del refranero español que vale para lo bueno y para lo malo.
Por eso es importante que te sientas responsable de tus amigos.
Y de tus relaciones con ellos.
Que las cuides y las observes para que sean sanas.
Así que cuida y observa.
